Motivación y aprendizaje académico
MOTIVACIÓN Y APRENDIZAJE ACADÉMICO
La motivación con que afrontamos y realizamos una tarea es una variable fundamental para determinar “cómo” realizamos esa tarea. La motivación la entendemos como un estado interno que activa, dirige y mantiene el comportamiento. Por ejemplo, en tareas escolares la motivación será la responsable de cuándo decidimos estudiar o trabajar, cuánto esfuerzo, estaremos dispuestos a invertir, etc.
Así, la motivación intrínseca es aquella que se relaciona directamente con las tareas que estamos ejecutando, y con la tendencia natural a ser más autónomo y competentes, vencer los desafíos, realizamos la tarea porque queremos realizarla por lo que esta nos aporta como personas.
En cambio, si hacemos algo para obtener una calificación, un premio, buscar la aprobación de otros hablamos de motivación extrínseca, ya que nuestro objetivo no es la tarea en si misma sino la obtención de esos incentivos externos.
En el contexto académico, según nuestra conducta esté más activada por uno u otro tipo de motivación nos mostraremos más orientados hacia la tarea, ya que el foco de interés está en aprender la tarea que está ejecutando, o más orientados hacia el resultado, ya que la tarea no es un fin sino un medio para obtener un incentivo o evitar un castigo. Un grado u otro será determinante de nuestra actitud hacia esa tarea, influyendo en nuestro comportamiento y nuestro estado emocional.
De esta manera cuando estamos orientados a la tarea hacemos las cosas por la satisfacción personal de aprender a hacerlas, viviendo las dificultades como retos; sin embargo, cuando estamos orientados al resultado la tarea se convierte en un obstáculo, la tarea puede ser fuente de ansiedad y miedo, podemos hundirnos por los errores cometidos.
La cuestión clave que se ve más afectada por el tipo de motivación son las expectativas de éxito o fracaso que tenemos hacia una tarea académica. Son fruto de nuestra experiencia pasada, nosotros no vivimos las cosas como agentes pasivos sino que las interpretamos y esa interpretación que realizamos es la base de nuestras futuras expectativas.
La teoría de la atribución nos permite establecer las causas por las que una conducta ha tenido éxito o hemos fracasado al intentarlo, es importante porque nos sirve para formar las expectativas futuras de qué va a suceder en el futuro, y hay que saber la fuerte tendencia psicológica que nos lleva a cumplir nuestras propias creencias: la profecía autocumplida.
En contextos escolares encontramos que existen cuatro grandes fuentes de atribución ante el éxito o el fracaso en una tarea o examen: la dificultad, el esfuerzo, la capacidad y la suerte. Según atribuyamos nuestro éxito o fracaso a una u otro experimentaremos se incrementarán o reducirán nuestras expectativas futuras de éxito.
Contestar